Haz clic aquĆ para modificar.
Sculpture Paintings
This is the second series of works which has been influenced by the miniatures found in the 13th Century Cantigas de Santa Maria, which depict musicians playing the then contemporary instruments. More details of the Cantigas can be found below, while each of the sculpture paintings (viewed via the slide out menu) has a brief explanation.
Prices from 1000E.
Prices from 1000E.
The Songs of the Virgin Mary (Las Cantigas de Santa Maria)
The Cantigas are in four manuscripts and form part of El Libro de la Música. It is a body of work that contains 426 poems set to music, some written by king Alfonso X, born on November 23rd 1221, and others composed by troubadours such as Ayras Nunes. All of the texts are dedicated to the Virgin, and are songs of praise, or, more frequently, are stories of miracles that occurred due to her intervention. The songs are a testament to medieval culture in Castilla and in particular to the Camino de Santiago, the pilgrim route to Santiago de Compostela.
The manuscripts contain miniatures that detail precisely with which instruments the particular Cantiga should be played.
Symbolically, Alfonso X is represented in the first miniature, singing, surrounded by four musicians, four clergy and four courtiers. The miniatures depict the musicians, whether Christians, Jews or Muslims, each one with their specific instruments, bowed or plucked string instruments, wind or percussion: Moorish guitar, bowed guitar, lute, psaltery, harp, and tambourine.
Alfonso X wrote in Gallego, the language of poets and also the language of the region where the tomb of St James of Compostela is to be found. The pilgrimage had been seen as a symbol of the Christian resistance against Islam, however, the Cantigas were a repertoire of songs written as much for the indigenous population (which included Muslims, Jews and Christians) as for the pilgrims and were compiled by Gallegan minstrels. Allfonso wrote in Gallego, the language of poets, in order to create a popular repertoire accessible to Christian devotees.
Alfonso X’s thirst for knowledge couldn’t be slaked only with Christian culture, which though it may define his identity, was also nourished constantly by the presence of Muslim courtiers, who were doctors, wise men, translators, architects or musicians. Alfonso dreamed of a unified and tolerant Spain, with a language that integrated the different social and religious elements, a dream which met more resistance from the Castilian aristocrats than the Muslims. The king also had the dream of sharing his knowledge with his subjects.
The manuscripts contain miniatures that detail precisely with which instruments the particular Cantiga should be played.
Symbolically, Alfonso X is represented in the first miniature, singing, surrounded by four musicians, four clergy and four courtiers. The miniatures depict the musicians, whether Christians, Jews or Muslims, each one with their specific instruments, bowed or plucked string instruments, wind or percussion: Moorish guitar, bowed guitar, lute, psaltery, harp, and tambourine.
Alfonso X wrote in Gallego, the language of poets and also the language of the region where the tomb of St James of Compostela is to be found. The pilgrimage had been seen as a symbol of the Christian resistance against Islam, however, the Cantigas were a repertoire of songs written as much for the indigenous population (which included Muslims, Jews and Christians) as for the pilgrims and were compiled by Gallegan minstrels. Allfonso wrote in Gallego, the language of poets, in order to create a popular repertoire accessible to Christian devotees.
Alfonso X’s thirst for knowledge couldn’t be slaked only with Christian culture, which though it may define his identity, was also nourished constantly by the presence of Muslim courtiers, who were doctors, wise men, translators, architects or musicians. Alfonso dreamed of a unified and tolerant Spain, with a language that integrated the different social and religious elements, a dream which met more resistance from the Castilian aristocrats than the Muslims. The king also had the dream of sharing his knowledge with his subjects.
Las Cantigas de Santa Maria
Las Cantigas de Santa Maria se encuentran en cuatro manuscritos, y forman parte de un Libro de Música. Se trata de un corpus de cuatrocientos veintiséis poemas con música (cantiga debe traducirse como canción, no como cántico), algunas escritas por el rey Alfonso X (nació el 23 noviembre de 1221), otras compuestas por trovadores como Ayras Nunes. Todos estos textos se dedican a la Virgen, ya se trate de cantos de alabanza (los loors) o, mucho mas frecuentemente de la narración de milagros ocurridos gracias a su intercesión. Son un testimonio de la cultura medieval en Castilla y en el camino de Compostela.
Los manuscritos contienen miniaturas que informan de manera precisa sobre la instrumentación de las Cantigas. Simbólicamente, Alfonso está representado al principio, cantando, rodeado de cuatro músicos, cuatro eclesiásticos y cuatro cortesanos. Las miniaturas pintan a los instrumentistas, tanto cristianos como judíos o árabes, cada uno de ellos con sus instrumentos específicos, de arco o de cuerdas punteadas, de viento o de percusión: guitarra morisca, vihuela de arco, laúd, salterio, arpa, dulcera, pandero.
Como poeta, Alfonso X escribe en gallego porque era la lengua del reino de León en el que se encontraba la tumba de Santiago de Compostela. El peregrinaje había sido visto cómo símbolo de la resistencia cristiana frente al Islam. Las Cantigas de Santa Maria era un repertorio de cantos compuestos tanto por los autóctonos como por los peregrinos y compilado en colecciones por los ministriles gallegos. Alfonso X se inscribe voluntariamente en este tradición, preocupado por crear un repertorio popular y accesible a la devoción cristiana.
La sed de conocimientos de Alfonso X no podía saciarse solamente con la civilización cristiana, que por fin encuentra su identidad, sino también con la presencia constante de los musulmanes en el seno de la corte de Castilla como médicos, sabios, traductores, arquitectos….y músicos. El sueño de Alfonso X de una España unificada y tolerante, de la que la lengua castellana fuera un símbolo y que integrase los diferentes componentes sociales y religiosos de su suelo, encuentra más resistencia por parte de los nobles castellanos que por la de los musulmanes. El rey tenía igualmente el deseo de compartir el saber con una gran mayoría.
Las Cantigas de Santa Maria se encuentran en cuatro manuscritos, y forman parte de un Libro de Música. Se trata de un corpus de cuatrocientos veintiséis poemas con música (cantiga debe traducirse como canción, no como cántico), algunas escritas por el rey Alfonso X (nació el 23 noviembre de 1221), otras compuestas por trovadores como Ayras Nunes. Todos estos textos se dedican a la Virgen, ya se trate de cantos de alabanza (los loors) o, mucho mas frecuentemente de la narración de milagros ocurridos gracias a su intercesión. Son un testimonio de la cultura medieval en Castilla y en el camino de Compostela.
Los manuscritos contienen miniaturas que informan de manera precisa sobre la instrumentación de las Cantigas. Simbólicamente, Alfonso está representado al principio, cantando, rodeado de cuatro músicos, cuatro eclesiásticos y cuatro cortesanos. Las miniaturas pintan a los instrumentistas, tanto cristianos como judíos o árabes, cada uno de ellos con sus instrumentos específicos, de arco o de cuerdas punteadas, de viento o de percusión: guitarra morisca, vihuela de arco, laúd, salterio, arpa, dulcera, pandero.
Como poeta, Alfonso X escribe en gallego porque era la lengua del reino de León en el que se encontraba la tumba de Santiago de Compostela. El peregrinaje había sido visto cómo símbolo de la resistencia cristiana frente al Islam. Las Cantigas de Santa Maria era un repertorio de cantos compuestos tanto por los autóctonos como por los peregrinos y compilado en colecciones por los ministriles gallegos. Alfonso X se inscribe voluntariamente en este tradición, preocupado por crear un repertorio popular y accesible a la devoción cristiana.
La sed de conocimientos de Alfonso X no podía saciarse solamente con la civilización cristiana, que por fin encuentra su identidad, sino también con la presencia constante de los musulmanes en el seno de la corte de Castilla como médicos, sabios, traductores, arquitectos….y músicos. El sueño de Alfonso X de una España unificada y tolerante, de la que la lengua castellana fuera un símbolo y que integrase los diferentes componentes sociales y religiosos de su suelo, encuentra más resistencia por parte de los nobles castellanos que por la de los musulmanes. El rey tenía igualmente el deseo de compartir el saber con una gran mayoría.